¿Cuánto es uno más uno realizando la operación en los vértices de la luz? En tales condiciones uno más uno es seda felina envuelta en el rejuego gayo (gaya ciencia), verdad óptica de las simetrías que reconstruye el movimiento.
Uno, Rafael Galdámez vistiendo su pincel en haz de trópico, más uno (una), Noémie Faligant con su geometría dinámica en donde la prima selva se deshace y rehace cumplidamente para decirnos a mano suelta la hora en punto.
Ángulos y curvas los suyos, transoceánicos, donde el ojo se ve lanzado hacia infinitos.
Noémie y Rafael, procrean así nuevo latido, con algo de cada quien para el nacimiento de la nóveda criatura, para la nueva exposición en donde nos informan de una nueva versión del dinamismo.
En alguna parte, en algún momento, invité a lermar del antiguo ritón mágico, que vendría a ser el ábrara de las sorpresas. Hoy son los dos artistas, Faligant y Galdámez, Galdámez y Faligant, los que invitan a tal elixir que ha de asumirse con el sólo poder de la mirada, para esto, ya se ejerció antes el poderoso poder de los pinceles.
Roberto López Moreno